Los nuevos datos negativos del desempleo son el claro reflejo del drama social que sufre nuestro país, con más de 113.000 personas incorporadas a las listas del paro en enero pasado y la pérdida de otros 180.000 afiliados a la Seguridad Social.
Ante esta cruda y dolorosa realidad, mostrar como hace el PP falsas euforias y alentar mensajes ficticios sobre la salida de la crisis sólo puede considerarse como un insulto inaceptable a los miles de trabajadores y trabajadoras que atraviesan una difícil situación. A ello hay que sumar las miles de personas y familias que están viendo agravados sus problemas al perder la prestación por desempleo y las ayudas sociales, como consecuencia del desmantelamiento del Estado del Bienestar por parte del Gobierno del PP.
Que algunas de las grandes cifras macroeconómicas, sólo algunas, muestren una incipiente mejoría, no nos puede hacer olvidar la cruda realidad de los millones de parados y paradas de nuestro país, de ellos más de 53.000 en Navarra, un triste récord histórico en el haber del Gobierno de Barcina.
Una difícil situación económica a cuya solución no contribuye precisamente la incapacidad y desconcierto del Gobierno de UPN, cuya presidenta prefiere buscar en determinados círculos conservadores de Madrid el reconocimiento que se le niega en Navarra, por su estrepitoso fracaso político, y el de UPN.
